Dolores Hidalgo, Gto., 15 julio 2024.- El aplicar o suministrar un medicamento, pareciera una situación normal para muchas amas de casa, pero para María Elena Rosas era un temor, por no saber leer, ni escribir. Ella debía pedir apoyo para que le dijeran que decía la receta.
“Yo no podía leer las recetas, tenía que andar por ahí preguntando ¿cómo administrar el medicamento?, tenía que buscar quien me ayudara a leer a descifrar que decían las recetas”.
Así que un día sin pedirlo, tocaron a su puerta los promotores del Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (INEBA) quienes le explicaron que podía recibir asesoría para que aprendiera a leer y escribir.
Sin dudarlo, Elena a sus 42 años aceptó el reto y comenzó su alfabetización con el apoyo de Salvador Eleazar Pérez Ramírez, un joven estudiante de 21 años que cursa la carrera de Pedagogía en la Universidad Dolores Hidalgo (UDHI) quien por medio del servicio social se integró a la estrategia “Yo sumo para restar el analfabetismo”.
Elena solamente confió en el personal de INAEBA y tomó la determinación para administrar sus tiempos y dedicar un par de horas a la semana para estudiar en compañía del joven estudiante Salvador.
“En realidad yo no sabía que era el INAEBA, pero gracias a su apoyo y poquito de lo que yo aprendí he salido adelante, en mi vida diaria me sirve para saber leer un anuncio, un reportaje de algo, leer, escribir o hacer cuentas” dijo convencida Elena.
Ahora, que ella ve el avance, tiene claro que el camino de la educación es el mejor regalo que se puede dar y que, además, su pequeña hija también lo aprovechará.
Así lo afirmó Elena; “es un beneficio para mí que más adelante me va a servir como apoyo para mi hija para salir adelante con ella y que un futuro sea una mujer de bien.
En esta nueva rutina donde Elena ha integrado la educación a su día a día, está segura que más personas podrán superar el reto del analfabetismo.
“Yo invito a más personas que se integren al INAEBA, es un apoyo que se da gratuitamente a todas las personas que no terminaron su educación básica como primaria y secundaria. No hay que ponerse barreras, hay que salir adelante, superarse lo más que se pueda, uno tiene que animarse para salir adelante”.
Espera que las personas que conocen los servicios del INEABA se los recomienden a quienes son analfabetas, porque asegura que para ella era difícil saber que existía un instituto que de manera gratuita apoya las personas adultas para aprender a leer y escribir.